‘Tu, no’: como impidieron a Tania Bruguera entrar al Museo de Bellas Artes

26.05.2015 .
La Habana, Cuba

(Coronel Kenia Morales Larrea, Instructora del Caso de Tania Bruguera vestida con uniforme del Ministerio del Interior)

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El Maestro Tomás Sánchez Requeiro invitó especialmente a la artista cubana Tania Bruguera a la inauguración de su exposición que tendría lugar el sábado 23 de mayo, en el Museo Nacional de Bellas Artes como parte de la programación de la XII Bienal de La Habana.

Tania recibió el honorable convite mientras realizaba un performance en su casa (Tejadillo, 214, La Habana Vieja) convertida en esos días en el Instituto Internacional de Artivismo ‘Hannah Arendt’.

La invitación fue muy agradecida por Tania, y valorada como un gesto solidario que evidencia el comportamiento ético del Maestro Tomás Sánchez, coherente con sus valores y principios, gesto que ha acompañado al creador durante toda su vida.

Muchos  años de  amistad y proyectos compartidos unen al Maestro Tomás Sánchez con Tania Bruguera, como ella misma lo ha escrito en un ensayo sobre su práctica artística Arte de Conducta:

«Mi primer trabajo al graduarme del ISA (Instituto Superior de Arte) en el verano de 1992, fue en la fundación ecologista que estaba creando Tomas Sánchez, específicamente en su programa más utópico -y que me parecía más bello- que era el de tratar de transformar la vida de un grupo de personas a través del arte.»

Desde su llegada a Cuba, el Maestro Tomás Sánchez había dejado saber a la Dirección del Museo Nacional de Bellas Artes, que Tania era su invitada especial y que tenía que entrar sin problemas al Museo.

Cuando Tania se preparaba para asistir a la inauguración de la exposición, se encontraba en su casa el artista cubano Reynier Chino Novo y salieron juntos hacia la muestra. En camino al Museo Nacional de Bellas Artes, que está situado a tan solo una cuadra y media de la vivienda de la creadora, se encontraron con los artistas Levi Orta y Nuria Güell.

A metros de la entrada, antes de subir las escaleras, Tania fue interceptada por dos mujeres que nunca se identificaron y que le dijeron que no podía entrar al Museo. A la pregunta de Tania sobre cuáles eran sus motivos, le dijeron que el Museo se reservaba el derecho de admisión.

La conversación completa puede oírse en este link:

https://soundcloud.com/yotambienexijo/razonesmuseo En ella puede escucharse como Tania esgrime sus derechos de usuaria del Museo y ciudadana cubana a la que no se le puede constitucionalmente prohibir la entrada en una institución pública. En ese momento, muchas personas estaban ingresando al interior del Museo, y a ninguna se le estaba pidiendo invitación, la entrada era libre.

El Museo Nacional de Bellas Artes no es una institución privada: es parte de la red pública del Ministerio de Cultura, y está abierto a todos los ciudadanos cubanos, para que puedan disfrutarlo por igual.

Otro de los argumentos manejados por esas dos personas, supuestamente parte del staff del Museo, es el de que Tania «estaba creando problemas en la Bienal de La Habana», a lo que ella respondió que no había salido de su casa desde el 20 de mayo, pues estaba realizando un performance que, incluso, no formaba parte del circuito expositivo de la Bienal de La Habana.

Ante la negativa de dejarla entrar, pidió hablar con un superior. Al ver que todos los asistentes estaban entrando sin necesidad de invitación, Tania insistió en la puerta pero su entrada fue impedida con la frase «¡Tú no!». Debió quedarse esperando fuera de un Museo que supuestamente es Nacional.

Curadores, artistas, una directora de museo norteamericano y una coleccionista radicada en Cuba, pasaron por el lado de Tania, y estuvieron al tanto de la situación. Muchos prefirieron entrar al Museo y desentenderse de lo que estaba ocurriendo. Otros se asombraron de lo que sucedía. Algunos,  simularon una ayuda que en realidad nunca se recibió.

Durante la hora en que Tania estuvo esperando la respuesta de un superior para entrar a la exhibición, al grupo de amigos que originalmente la acompañaba se les unió la curadora Magaly Espinosa, el curador y crítico Gerardo Mosquera, el artista alemán Gregor Schneider-quien informaba de lo sucedido a los pasantes- y la artista cubana Sandra Ceballos -que exigió directamente el acceso de Tania al Museo-. 

Luego de una hora sin que su solicitud fuera atendida, Tania prefirió retirarse a su casa. Más tarde le informaron que el Maestro Tomás Sánchez había hablado con el Ministro de Cultura para que dejaran acceder a la artista al Museo de Bellas Artes y que éste le había dicho que habían ido a buscarla a la entrada del Museo pero que ya ésta no se encontraba.

Esta respuesta del Ministro resulta paradójica pues Tania estuvo una hora esperando fuera del Museo por la llegada de un superior, y además vive a una cuadra y media de esta institución, si la hubieran buscado la habrían encontrado en minutos.

Unas horas después a Tejadillo 214 comenzaron a llegar varias personas a las que invitó a la clausura del evento, entre ellos algunos artistas cubanos. También pasaron algunos galeristas, artistas y personas extranjeras relacionadas con el mundo del arte.

Ese sábado en la noche fue una gran oportunidad para poder aquilatar el verdadero carácter de los acercamientos y apoyos que ha recibido Tania en estos últimos meses.  Artistas que han apoyado sus propuestas desde el inicio; otros que delante de sus galeristas asumen una actitud solidaria mientras todos saben que a sus espaldas tienen un discurso en donde enarbolan muchos de los argumentos que la Seguridad del Estado ha usado para destruir su imagen; creadores que prometen regresar para la clausura del performance el domingo en la tarde, y lo olvidan al instante mientras escogen asistir al brunch que ofreció el Embajador español a esa hora.

Esta ha sido una Bienal en donde se ha podido constatar los verdaderos intereses de artistas que han preferido no apoyar una propuesta que aboga por el fin de la censura y la oportunidad de que todos puedan expresarse libremente, obnubilados por las oportunidades que ofrece un evento que abrirá puertas para nuevas exposiciones y,  sobre todo, para otras oportunidades de mercado.  Pero lo más triste y amenazador no es la falta de apoyo a una artista. Es la complicidad velada o explícita ante la violación de elementales derechos de expresión, es la falta de conciencia sobre la necesidad de que los ciudadanos cubanos tengan un marco legal que los defienda de un Estado policial omnipresente. Es el oportunismo explícito de muchos que, sin el menor decoro, se aprovechan de la falta de un Estado de Derecho que garantice la convivencia pacífica y la diversidad creativa en la sociedad cubana del siglo XXI.

Gracias, nuevamente al Maestro Tomás Sánchez y su asistente, quienes dieron pruebas sobradas de decoro.  Y nos vuelve Martí a emocionar y guiar: «Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana.»