Todos somos migrantes

con Moisés Castillo
26.05.2012

De: Castillo, Moisés «Todos somos migrantes», Animal Político,  26 de mayo, 2012, México D.F. (ilust y video)

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Todos somos migrantes

con Moisés Castillo

El escritor Eduardo Galeano dice que los migrantes son personas que se han cansado de tanto esperar y que, ya sin esperanza, huyen. Esa es la realidad de los «sin papel». Los que se van en busca del «sueño americano» pero también existe el drama de los que se quedan o los que no pudieron cruzar el río Bravo.

Ante esta problemática global, la artista cubana Tania Bruguera comenzó desde hace siete años un proyecto para visibilizar y proteger los derechos humanos de los migrantes. Así surgió el Movimiento Inmigrante Internacional, presentado por Creative Time y el Museo de Arte de Queens. Es un proyecto artístico a largo plazo, en donde se inicia un movimiento sociopolítico.

De forma paralela, creará en nuestro país el Partido del Pueblo Migrante (PPM), un partido que irrumpirá el próximo martes 29 de mayo el proceso electoral mexicano. A partir del fenómeno de la migración, el partido tiene entre sus prioridades dirigir sus pasos hacia la desaparición de las fronteras: La dignidad no tiene nacionalidad.

El PPM presentado por la Sala de Arte Público Siqueiros (SAPS), realizará una serie de foros de conversación ciudadana, abiertos al público general, centrados en la compleja problemática de la migración en México.

Tania dice que se inclinó por el arte político de forma natural: «Soy de Cuba y nací en 1968, qué quieres. Haber vivido una Revolución me marcó muchísimo». Trabaja entre la isla y Nueva York. Viaja constantemente y trata de entender el entorno social. Para ella el arte debe ser real y no una representación. Investiga y analiza en sus obras las relaciones entre arte y poder.

Sus performances como «Autosabotaje» (2009) sacudieron a los espectadores de la 53 edición de la Bienal de Venecia, ya que mientras leía algunas reflexiones políticas jugaba a la «ruleta rusa».

Ese mismo año, en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Bogotá, Colombia, preguntó a un paramilitar, a un líder de los desplazados, a una ex – guerrillera y a un familiar de un desaparecido: «¿Qué es para usted un héroe?». De repente circuló una charola con dosis de cocaína que se ofrecían a los asistentes. Esa acción provocó la indignación de varios medios de comunicación y estudiantes.

«Me llama mucho al atención la manera en la que se retrata a la guerrilla colombiana por los medios de prensa y, como es vista por ejemplo la guerrilla del «Che» Guevara a los ojos de la historia. Lo que me interesaba de esta obra es que el público tenía la opción de convertirse en héroe o no, orillarlos a que tuvieran una conducta pública que revelara una postura ante una realidad».

La idea del PPM surgió en noviembre del 2005 cuando se encontraba en París, Francia, en plena violencia que agitó varios de los barrios deprimidos de la periferia parisina y de otras regiones. Los disturbios se iniciaron con la muerte de dos adolescentes de ascendencia africana en Clichy-sous-Bois. Presenciar la indignación de los marginados le sacudió las entrañas: «Cómo es posible que esto suceda en Francia que presume libertad y hermandad». Le aplastó la idea de que el único lenguaje al que le dejaban tener acceso a los migrantes fuera la violencia porque no tienen otra opción ante las mentiras y falta de legitimidad de los partidos políticos.

Tania estuvo proponiendo este proyecto pro migrante a varias instituciones culturales hasta que Creative Time, el Museo de Arte de Queens en Nueva York y la Sala de Arte Público Siqueiros en el DF respaldaron la obra de la artista cubana. Este tipo de proyectos no se adaptan en un formato de exposición tradicional de mostrar una obra de arte. Es una obra de procesos y experiencia social donde la gente vive y forma parte en la construcción de una representación política.

Los migrantes han sido ninguneados y manipulados por los partidos políticos para ganar votos. Cuando alcanzan el poder se olvidan de ellos. Ahora con la creación del PPM se exigirá a los candidatos a la presidencia de la república que incluyan en sus plataformas electorales las preocupaciones de los que son expulsados de sus tierras por falta de oportunidades.

¿Por qué crear el Partido del Pueblo Migrante en México?

Para mí era muy importante hacer el proyecto en México después de echarlo a andar en Nueva York. Estados Unidos es el país que se vende como el lugar donde «eres bienvenido». La gente cree que es el país de excelencia, el que da oportunidades, el famoso «sueño americano». Los inmigrantes sabemos que eso no es tan fácil. Con mis proyectos me interesa mucho presentar las contradicciones entre la realidad y el discurso que hacen los gobiernos. Vamos a discutir «qué hay entre lo que eres y lo que dices que eres». México es el país que más incidencia tiene con respecto a la migración hacia Estados Unidos. Además tiene una historia difícil porque le quitaron la mitad de su territorio. La cantidad de mexicanos que hay en Arizona, Texas, ¿cuánto de ese territorio era mexicano? Quizás podemos pensarlo como una repoblación de su territorio. Quizás podemos pensar cual es la pertinencia de los conceptos de nacionalidad y de fronteras en un mundo globalizado. Pero también, en México irónicamente, se reproducen algunas de las injusticias para con los migrantes que están de tránsito por su territorio que la que sufren los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos.

¿Cómo convencer a la gente para que se sume al PPM ante el desprestigio de la clase política?

Nosotros estamos haciendo una campaña silenciosa y posteriormente haremos intervención en espacios públicos a la que invitamos a todo el que se quiera sumar. Vamos a trabajar mucho en redes sociales porque no tenemos dinero, ni la visibilidad de los partidos políticos. Pero sobre todo vamos a trabajar con el sentido de dignidad que tienen los mexicanos. Queremos trabajar con todos aquellos que se quieran identificar con una actitud frente a los migrantes diferente a la de los partidos políticos que están compitiendo en estas elecciones.  La idea es cambiar la forma en que se ve al migrante porque siempre se le tilda de delincuente. La primera campaña que hemos planeado es para el 29 de mayo y ha sido una creación y esfuerzo colectivo a partir de una idea de Germán, un joven mexicano partícipe del proyecto. Sería una imagen de una persona en bicicleta que dice: «Para ir al trabajo me toma 30 minutos». Otra persona en carro en periférico: «Para ir al trabajo me toma 2 horas». Y una tercera persona montada en el tren conocido como la «Bestia»: «Para ir al trabajo pierdo mis derechos». Queremos que se tome conciencia que esas personas sólo buscan trabajo. Hay que dejar de ver al migrante como un fantasma y entender que son una parte activa y positiva de nuestra sociedad. La temporalidad del migrante es complicada y generalmente se le asocia con un tipo de compromiso inestable porque si bien puede pensar: «Me voy a quedar un año» a veces en realidad se queda 5 ó 10 ó nunca regresa. ¿Pero qué pasa con todo lo que ha trabajado y ha ayudado a lograr un migrante en el país que le acoge? Algunos después de muchos años regresan a su casa, desconectados y con sus raíces en el aire. Los políticos mientras tanto piensan que los migrantes son su carne de cañón. ¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI haya quienes piensan que pueden tratar a las personas como esclavos?

¿Tienen planeado llevar sus propuestas a los candidatos presidenciales?

Hemos visto que hay mucha gente en México que se ocupa de los derechos de los migrantes, pero son instituciones de la sociedad civil, la iglesia u organismos internacionales que están subsanando lo que es deber y obligación del gobierno. Estos ciudadanos y asociaciones tienen posibilidades limitadas de hacer permanente y llevar a escala nacional los derechos de los migrantes, están poniendo una curita en una aorta en hemorragia. México tiene la oportunidad de estar a la vanguardia de los problemas migratorios si decide incluirlo en su plataforma política con seriedad. A todos los tipos de migrantes por igual: el que se fue, el que se fue y regreso, el que está de paso y el que se ha quedado en el país. Lo que estamos discutiendo en las reuniones es que se habla más del migrante mexicano que se ha ido, el que manda las remesas. Se piensa y se valora ese dinero que crea una economía paralela de sobrevivencia para el país. Pero, ¿quién se ocupa de los migrantes de tránsito? ¿De los migrantes mexicanos que tuvieron que regresar? Son personas que no encajan ni aquí, ni allá, que tienen que readaptarse a una nueva realidad, extranjeros en su propia tierra. ¿Cómo los vamos a tratar ahora que no mandan las remesas? También estuvimos en la Casa del Migrante San Juan Diego en Lechería y muchos nos dijeron que mejor se querían quedar por los riesgos de violencia y el bajón de la economía norteamericana. ¿A esos migrantes centroamericanos que se quedan en México cómo los vamos a tratar? ¿Cómo los va a tratar el gobierno?

¿Se han reunido con algunas personas que también están luchando a favor de la causa migrante?

Hemos tenido reuniones con el padre Alejandro Solalinde, con investigadores del Centro de Estudio Fronterizos, con José Jacques Medina. Hemos escuchado distintas posiciones y está claro que es momento de hacer algo políticamente concreto a favor de los migrantes.

¿Cómo evaluarás si este proyecto del PPM funcionó o fracasó?

Pienso que este proyecto es por etapas. Esta primera etapa es institucional. Estamos luchando con los límites institucionales. Por más que la SAPS nos quiera dar carta blanca nos encontramos en «veda electoral». Ya para mí es un éxito que se haya abierto un espacio en México y que hayamos comenzado la conversación con los interesados. La segunda etapa será la conversación con los que no están interesados. Ahora, hablar de fracaso o éxito no creo que sea pertinente. ¿Cómo evalúas el imaginario político de un ser humano?

Arte político y La Habana

Tania Bruguera tiene la piel clara y los ojos color almendra. Ella está convencida de que el artista debe tener un compromiso social. Dice que existe una nueva generación en Cuba que tiene intereses distintos porque ya se asomó en La Habana un capitalismo incipiente. Por razones del régimen castrista su generación no tuvo oportunidad, ni los medios de impulsar un cambio en la isla pero el deseo está flotando en el aire.

«Si estoy en este mundo tengo que estar en constante diálogo con lo que está pasando, no puedo aislarme y no puedo pensar en la indiferencia».

Su padre fue un destacado diplomático y su madre traductora y socióloga. Recuerda que cuando era niña siempre había discusiones políticas, era inevitable: el auge de la revolución cubana. Por diferencias ideológicas y visiones contrarias de la situación política de Cuba, sus padres se divorciaron.

Tania se autodefine como una migrante con privilegios, ya que gracias a su trabajo como artista y docente viaja a distintos lugares y se desplaza como cualquier profesionista. Pero le gustaría que lo que es ahora privilegio de unos pocos migrantes sea el derecho de todos los migrantes. Su arte político es una tarea de mucha investigación y una autocrítica constante y severa.

En 1998 fue seleccionada Guggenheim Fellow y en 2008 recibió el Prince Claus Prize. Un año más tarde fue la primera residente del Neuberger Prize y finalista del Ordway Prize. Es fundadora-directora de «Arte de Conducta»: el primer programa de estudios de arte político y performance. Actualmente es profesora en la École des Beaux Arts, París y Advisor en la Rijsakademie en Amsterdam.

«La gente se ha acostumbrado que el arte contemporáneo sea un arte complaciente. Donde incluso la rebeldía se realiza cómodamente. A mí eso no me interesa. Hay que ser honesto con uno mismo, como me dice un amigo hay que tener honestidad brutal. Sólo puedo entender lo que pasa en mi vida y en mi entorno a través de mi trabajo artístico». Con el Partido del Pueblo Migrante busca redefinir la situación del ciudadano-inmigrante y poner a prueba el concepto de «arte útil», noción que promueve la integración del arte en la búsqueda de soluciones a las urgencias sociales y políticas. Sobre todo, le gusta revelar a través de su obra esos momentos hipócritas de la sociedad.