Tania Bruguera. Documenta XI.

SV
2002

De: SV, «Tania Bruguera,» Documenta 11_Platform 5: Exhibition, Ex. cat., Ed. Hatje Cantz Verlag Publishers, Germany, 2002 (illust.)

ISBN 3-7757-9086-1

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Tania Bruguera. Documenta XI.

La libertad es un concepto esencial en la obra de la artista cubana Tania Bruguera, quien usa su cuerpo para explorar fronteras tanto físicas como políticas. Inspirada por artistas como Ana Mendieta y Marina Abramovic, ha actuado en sus propios videos, aplastándose la cara, tirándose del cabello o abriéndose los labios buscando expresiones raras y retorcidas como si intentara escapar de su propia condición física.

Una de las instalaciones de Bruguera tuvo lugar en exteriores, clandestinamente donde se invitaba a los espectadores a sufrir torturas en las que los ataban unos con otros y les metían objetos extraños en la boca. Para otro proyecto, Bruguera hizo una bandera cubana con cabellos humanos y se sentó frente a ella durante horas llevando sobre sí una oveja sacrificada. Trayendo a la memoria el icónico performance de Carolee Schneeman de 1964 «Meat Joy», en el que hombres y mujeres desnudos se revolcaban en carne cruda con báquico frenesí, Bruguera dirige una inquietante mirada hacia el aspecto carnal de nuestra condición física.

Por ejemplo, en su performance «El peso de la culpa», Bruguera posó desnuda con un cadáver de animal atado sobre su cuerpo (mientras que aparentemente comía carne cruda).Para «Cuerpo del silencio», se sentó desnuda sobre montones de carne mientras lamía un trozo y sostenía un bolígrafo en la mano, aparentemente comentando la violencia de la aculturación.Las imágenes de fértiles connotaciones femeninas (el océano, la lluvia torrencial, la fruta tropical madura) afloran a menudo en la obra de la artista. Dado el género y nacionalidad de Bruguera, la opresión y el encierro son temas de obvia connotación política. Pero su obra resuena más profundamente, al hablarle también del deseo humano de libertad, su cuerpo se convierte en un sitio donde la lucha tiene lugar.

Traducido al español por Ernesto Alvarez Valdivia